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Pinchazos y reventones, algunas de las averías más frecuentes en verano

Durante los últimos días, hemos advertido la llegada del verano, no sólo porque así lo ha marcado el calendario sino también por la histórica ola de calor que ha afectado a la práctica totalidad del territorio nacional. En los próximos meses las temperaturas se mantendrán al menos por encima de los 30º, lo que conlleva un mayor deterioro del asfalto y de las piezas de los vehículos. Además, el verano ha sido tradicionalmente el período del año en el que más desplazamientos se producen en nuestro país.

Con todos estos ingredientes, resulta de vital importancia mantener el vehículo en perfectas condiciones para evitar averías que puedan arruinar las vacaciones y esto sólo se logra con el mantenimiento preventivo. Sin embargo, es posible que, aún teniendo la máxima precaución es posible que aparezcan averías y Reparatuvehiculo.com explica cuáles son las más frecuentes.

En primer lugar, destacan los pinchazos y reventones, de manera que es fundamental que los neumáticos estén en perfectas condiciones tanto en su estado exterior -con una profundidad mínima de 1,6 mm- como en la presión recomendada por el fabricante.Además de comprobar la presión y el dibujo antes de salir, es recomendable observar que no tenga deformidades y que el desgaste de la banda de rodadura sea uniforme. “La temperatura del asfalto les afecta de forma importante y si además tienen alguna deformidad, rajas o grietas, podrías sufrir un reventón”, explican desde la web.

Además de las cubiertas, la batería es la gran olvidada. Si deja de funcionar sólo hay dos opciones: sustituirla o intentar arrancar el vehículo usando las pinzas y el motor de otro coche. Cuando una batería comienza a fallar es momento de pensar en cambiarla, aunque podría no ser problema de ella, sino del alternador que no la recarga bien. Se recomienda su cambio cada cuatro años aproximadamente.

También es muy importante revisar los frenos. En los viajes de verano los automóviles suelene ir más cargados de lo habitual lo que provoca que cueste más frenar. Si a esto se le añaden las altas temperaturas -que calientan los frenos- y la falta de líquido, la combinación puede ser fatal.

Neumáticos, baterías y frenos son la santísima trinidad del mantenimiento del vehículo en verano. Sin embargo, existen otros elementos que pueden fallar como el aire acondicionado -con lo que conlleva un fallo de este tipo en verano-, que en la mayoría de los casos se evita con una revisión previa. Por último, desde Reparatuvehiculo.com destacan los problemas derivados de un error al repostar o de un calentón del vehículo, muy propio de la época de verano y que se soluciona bajando la velocidad y las revoluciones. “Si aún así la temperatura sigue subiendo, estaciona en el arcén de forma segura, sin apagar el motor, y espera a que baje la temperatura. Si por el contrario sale vapor o humo del mismo, apágalo inmediatamente. Bajo ningún concepto quites el tapón del radiador. Podrías sufrir quemaduras graves”, recomiendan desde el portal web.

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