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De izda. a drcha., Ramón Rueda (general jefe Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil) y Pere Navarro (director general DGT).
De izda. a drcha., Ramón Rueda (general jefe Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil) y Pere Navarro (director general DGT).

El verano deja un 15 % más de víctimas mortales en accidentes de tráfico

La Dirección General de Tráfico trabaja en la posibilidad de reducir la velocidad máxima en carreteras convencionales, un diseño diferente de éstas, y la colocación de más radares que "ayuden a avanzar en seguridad vial".

Un total de 259 personas han fallecido durante los meses de julio y agosto en las carreteras españolas. 34 personas más que durante el periodo estival del pasado año. El aumento en un 15 % de las víctimas mortales en accidentes de tráfico ha sido una de las principales conclusiones que arroja el balance de seguridad vial de este verano, hecho público por la Dirección General de Tráfico (DGT).

Unos datos que, para el recién nombrado director general de este organismo, Pere Navarro “no son buenos, pero la tendencia está mejorando, ya que la diferencia entre las víctimas mortales en las carreteras en verano y el resto del año se va amortiguando”. Una afirmación que Navarro ha querido sustentar en el hecho de que mientras en 2011 hubo 3 muertos más por día en el verano con respecto al resto del año, en 2011 la cifra bajó a 1,4 y en 2017 a 0,4.

Según datos de la DGT, el 76 % de los fallecidos se han producido en carreteras convencionales, un tipo de vía que supone el 91% de la red de carreteras de nuestro país, un 45 % del tráfico total y un 77 % de los fallecidos como consecuencia de accidentes de tráfico. En concreto, las principales causas de dicha siniestralidad este verano han sido la salida de la vía (37%), la colisión frontal (29%) y la colisión frontolateral (15 %).

El exceso de velocidad, el alcohol o las drogas y la distracción siguen siendo los principales motivos de dichos accidentes. Por ello, Pere Navarro propone una política vial focalizada en minimizar estas causas, poniendo sobre la mesa que su equipo trabajará en reducir el máximo de velocidad permitida en las vías convencionales e incrementar la vigilancia, entre otros elementos, mediante la disposición de más radares. También el futuro diseño de las carreteras se convierte en un asunto que para la DGT es importante a la hora de reducir la siniestralidad en carreteras. Todas ellas medidas “que ayuden a avanzar en seguridad vial”.

En cuanto a la reducción de la velocidad máxima en las carreteras convencionales, Navarro ha querido ser prudente, como consecuencia de que sus dos últimos antecesores también anunciaron su intención de llevarla a cabo sin que llegase a ser una realidad, y no ha mencionado cifras ni fechas para su posible puesta en marcha. No obstante, ha dejado claro que “son temas que están en su agenda” y “solo si hay política de seguridad vial los accidentes pueden bajar”, que es lo que espera que se produzca en los últimos meses de 2018.

Desde la DGT han mostrado su especial preoucupación por los ciclistas fallecidos en carretera, que en lo que va de año asciende a 78. Un asunto que llevarán el próximo octubre a la orden del día de la reunión de seguridad vial de la Comisión Europea.

Por otro lado, Pere Navarro ha aprovechado la ocasión para informar de la reapertura del denominado Observatorio Nacional de Seguridad Vial que se creó en 2004 y 8 años después decidió cerrarse. 2018 se ha convertido el año en el que éste retomará su labor investigadora, de gestión, innovación y desarrollo en seguridad vial.

 

 

 

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