Primero se presentó en Barcelona y esta semana lo ha hecho en Madrid: Smart Mobility llega a la capital de España “en pro de una regulación inteligente para resolver el reto de la movilidad en las ciudades”, y poniendo a disposición de los madrileños una flota de 600 bicicletas y 2.500 motos.
Smart Mobility agrupa a las empresas eCooltra, Scoot, Mobike, Donkey, Republic, Yego, Coup y Movo, y tiene como misión “acompañar a las ciudades en el cambio hacia un modelo de movilidad más inteligente y respetuoso con el conjunto de la sociedad”. La plataforma apuesta “por una regulación innovadora e inteligente para resolver uno de los retos más relevantes que tienen y tendrán las ciudades: la movilidad eléctrica, compartida y de última milla, adaptada a las necesidades reales de los ciudadanos”.
Su portavoz, Anna Merino, ha explicado que “nos encontramos ante un nuevo paradigma, en el que la regulación proactiva en apoyo a los nuevos modelos de movilidad es clave para el desarrollo sostenible de las ciudades. Estos nuevos modelos ofrecen a los usuarios más opciones de movilidad y alternativas al vehículo privado. Además contribuyen a la sostenibilidad de las ciudades sustituyendo vehículos tradicionales por otros libres de emisiones. Imponer barreras al desarrollo de estos servicios de movilidad compartida aleja a las ciudades, de forma contradictoria, de los ideales de calidad de vida que todas comparten y por los que deberían luchar para construir ese futuro”.
Asimismo, la plataforma de movilidad sostenible sobre dos ruedas se decanta por la colaboración público-privada: “Es una evidencia que las instituciones públicas locales necesitan de los operadores privados para transformar la movilidad en las ciudades. De ahí, la apuesta clara de Smart Mobility por una colaboración público-privada en la que entidades públicas y empresas privadas puedan trabajar conjuntamente para ofrecer soluciones de movilidad más eficientes y eficaces para los ciudadanos”.
Estudio europeo
Durante su presentación, Smart Mobility ha dado a conocer los resultados de un estudio comparativo a nivel europeo sobre la regulación que se aplica a bicicletas y motos compartidas en las ciudades donde los operadores de la plataforma están presentes (París, Toulouse, Milán, Boloña, Viena, Berlín, Colonia, Múnich, Frankfurt, Zúrich, Utrecht, Ámsterdam, Dublín, Madrid).
Durante su presentación, Smart Mobility ha dado a conocer, además, los resultados de un análisis propio que compara cómo se está regulando la actividad de los vehículos compartidos (bicicletas y motos) en las diferentes ciudades europeas donde operan sus miembros actuales. Unos resultados de los que han destacado conclusiones como que “la gran mayoría de las ciudades no cuenta todavía con una regulación específica para las motos compartidas. Mientras que, en el caso de las bicis, sí existen varias iniciativas para regular su actividad pero dirigidas, sobre todo, a su forma de estacionamiento en el espacio urbano y al número máximo de vehículos que pueden ocupar un aparcamiento de bicis o una misma acera, así como a la responsabilidad del operador de retirar las bicicletas averiadas o mal aparcadas en pocas horas”.
Otro aspecto destacable del análisis es que “la limitación en el número de bicicletas compartidas es prácticamente inexistente; únicamente Viena ha impuesto un máximo de 1.500 bicicletas por operador. En este marco, el ayuntamiento de Barcelona parece que se muestra partidario de un modelo de regulación más restrictivo y plantea establecer un sistema de licencias a los vehículos compartidos de dos ruedas”, han señalado desde Smart Mobility.