Noviembre, diciembre y enero se sitúan como el período de mayor siniestralidad, sólo superado por los meses de verano. Así de contundentes se muestran desde el distribuidor de neumáticos Grupo Andrés, tras valorar los datos ofrecidos por la Dirección General de Tráfico (DGT).
Este hecho tiene su fundamentación principal en la falta de adherencia de los neumáticos estándar que no siempre responden ante las condiciones climatológicas más duras propias del invierno como la lluvia, la nieve o el hielo. Tampoco ayudan las horas de conducción nocturna que, en estos meses se ve ampliada sobremanera como consecuencia del cambio de hora y la falta de luz solar.
“Las temperaturas actuales por debajo de siete grados triplican los niveles de peligrosidad vial de 22,9 millones de automóviles al minimizar la adherencia de sus neumáticos estándar. El fuerte descenso de temperaturas, asociado al final del otoño y comienzo del invierno en casi 40 provincias españolas, se refleja, de hecho, en el número de fallecimientos por accidente en carretera”, explican desde Grupo Andrés. En el periodo otoño-invierno de 2016 se registraron 437 fallecimientos frente a los 534 de verano pero con una diferencia notable: mientras que en diciembre se realizaron 16,7 millones de desplazamientos, en agosto se triplicaron hasta alcanzar los 45,5 millones.
Por esta razón, desde la compañía salmantina recomiendan el montaje de neumáticos para todas las estaciones, que mantienen su eficacia desde menos de 7 grados hasta más de 40 grados y, por tanto, son un producto de gran utilidad para el mercado de reposición español, con temperaturas muy variables entre las diferentes épocas del año.
“Esta tendencia negativa en la siniestralidad invernal cambiará con la entrada generalizada en el mercado de los neumáticos all season”, explican de forma rotunda. Sin embargo, y a pesar de que este tipo de cubiertas entraron en el mercado europeo hace casi tres años, el desconocimiento entre los conductores es casi absoluto. Casi el 90 por ciento de los automovilistas desconocen su existencia y sus ventajas frente a los neumáticos tradicionales, entre las que se incluyen unos niveles de seguridad superiores a los de cualquier neumático estándar y unos precios adaptados a todos los bolsillos. Además, permiten una frenada más efectiva y un mejor agarre en curva.
“No olvidemos qué además, estos neumáticos, cumplen con el marcaje de invierno por lo que sustituyen a las cadenas y podemos elegir siempre un código de velocidad más bajo que el homologado para nuestro vehículo, encontrando así opciones con tarifas más económicas que la cubierta normal”, apunta el director general de Grupo Andrés, Eduardo Salazar.
