Así de claro lo tiene Josep Maria Vall, presidente del Clúster de la Industria de Automoción de Cataluña (CIAC), quien además ha apuntado a que si las empresas no se adaptan, al menos, en territorio catalán, "el 75 % de las pymes de la automoción pueden desaparecer".
La transformación de la industria se acelera y el que no sea capaz de seguir el ritmo desaparecerá. Un riesgo que, según el Clúster de la Industria de la Automoción de Cataluña (CIAC), en la comunidad catalana se traduce en que “el 75 % de las pymes de la automoción pueden desaparecer en el 2030“. Su presidente, Josep María Vall, ha ido más allá, afirmando que “las que no se hayan reinventadodentro de cinco años ya no llegarán a tiempo”. Declaraciones que hemos podido leer en La Vanguardia.
Vall también ha apuntado que este pronóstico pesimista no debería cumplirse si “las empresas emprenden un proceso de adaptación, buscando socios para compartir costes y tecnología, transformando sus procesos industriales, y captando talento para afrontar el desafío del coche eléctrico, conectado, autónomo y compartido”.
CIAC es organismo que integra a 200 empresas, la mayor parte son suministradoras de componentes de automoción. “El 2019 y el 2020 serán años complejos y de transición hacia los nuevos requerimientos del mercado”, ha apuntado Vall que, a su vez, ha puesto en boga el papel del Clúster como impulsor de sinergias y colaboraciones entre empresas: “En la actual situación de revolución tecnológica nuestra tarea de catalizador cobra aún más importancia para mejorar la competitividad de un sector vital para Cataluña”. Como ejemplo, explicó que durante el 2018 el CIAC recibió más de 67 peticiones de soporte por parte de los socios, de los cuales 44 pudieron llevarse a cabo. Más de la mitad de ellos estaban relacionados con la industria 4.0, es decir, con la automatización de procesos y la introducción de inteligencia artificial.
Cambio mediambiental y en tendencias de consumo
Por otro lado, Josep Maria Vall quiso hacer referencia a los principales factores que han conllevado este cambio en el sector: “La transformación viene en gran parte obligada por las nuevas regulaciones medioambientales, pero también por el cambio en las tendencias del consumo. Un dato lo muestra con claridad: el número de conductores noveles cayó un 50% entre el 2004 y el 2014, según un estudio realizado por el CIAC en colaboración con KPMG”.
Para Josep Maria Vall, esta caída muestra que los jóvenes “se plantean el coche como un servicio, no como una inversión en una propiedad que nunca será rentable. Es una realidad que obliga al sector a replantearse el negocio en su conjunto para orientarse cada vez más hacia la prestación de servicios”.
Asimismo, Vall ha hecho hincapié en que “no nos podemos permitir perder el tren dada la importancia de este sector en nuestra economía”, que en el caso de Cataluña, según los datos del Clúster, la facturación del sector (23.800 millones de euros en el 2018) aporta más del 10% del PIB. Y sus 143.000 empleos, entre directos e indirectos, representan un 4% de su población activa.