Hace tiempo que pasó la época en la que se pateaba los descampados de este país abandonando residuos y se ha instaurado la necesidad de convertir los desechos en nuevos productos para prevenir el desuso de materiales contaminantes. Y en lo que concierne a la comunidad de los talleres de automoción existen tres puntos sensibles que son la recogida de baterías, los neumáticos usados y el aceite.
En esta ocasión, nos ha parecido importante trasmitir, concienciar y enseñar, no solo al gerente del taller sino al usuario y al conductor, el camino que recorre el aceite que engrasa su vehículo. Desde que lo refina el fabricante y se añaden los aditivos a la base lubricante, hasta la reutilización. De la mano de Fermín Martínez de Hurtado, director de comunicación de Sigaus (Sistema Integrado de Gestión (SIG) de aceites usados), visitamos una estación de la empresa Sertego para el tratamiento de aceites lubricantes usados, ubicado en la localidad de Fuenlabrada.
La visita me transportó a la etapa universitaria en la que me peleaba con la química. Nos abrumaron con términos como viscosidad, impurezas, aditivos, y otras monstruosas nomenclaturas, oligomeros, poli-isobutileno, alfaolefinas, policlorofenilos, naftas, etc para comprender el ciclo de vida del aceite usado tanto fuera como dentro del motor.
Desde los fabricantes, productores y consumidores, hasta los gestores todo supervisado por las administraciones públicas y Comunidades Autónomas, verdaderos reinos de Taifas, a los que han cedido las competencias para que cada una considere qué porcentaje de aceite recogido debe ser reutilizado: desde un 100% en Ceuta hasta el cero en la ciudad de Melilla. ¡Eso sí!, la media nacional de aceite recogido destinado a la reutilización debe ajustarse al 65%, cumpliendo el porcentaje establecido por la legislación, y el resto a quemarse. Desordenamiento constitucional, una vez más, del Estado que ahora hereda nuestro querido Felipe VI.
En el año 2007, haciendo un poco de historia, el Gobierno crea un impuesto a los residuos que originan la actividad del lubricante y nace Sigaus como organismo sin ánimo de lucro encargado de toda la gestión del reciclado del aceite usado. Los beneficios de la regeneración son múltiples. Por un lado, conseguir que un litro de aceite a partir del reciclado sea mucho más eficaz que hacerlo del crudo, además de evitar el impacto ambiental del residuo contaminante.
Buenas prácticas por el Medio Ambiente que permite solucionar un buen “marrón” al taller.