Desde que Fernando Díaz abriera Altaller, Yokohama siempre ha estado de su lado, apoyando con su producto el día a día de este punto de venta situado en el centro de Madrid. Hace unos años, la colaboración fue más allá y Altaller entró a formar parte del Yokohama Club Network, el club para clientes exclusivos de este fabricante de neumáticos japonés.
Desde la entrada se ve de cerca Torrespaña, el famoso ‘pirulí’ desde el que retransmite Televisión Española y que durante muchos años fue el edificio más alto de Madrid. A tan sólo unos metros se encuentra la Fábrica de Moneda y Timbre, silueta que también se ha hecho fácilmente reconocible gracias, de nuevo, a la televisión. Si se ahonda un poco más en los alrededores de esta zona limítrofe entre dos destacados barrios de la ciudad –Salamanca y Fuente del Berro– se llega a espacios tan representativos como el Palacio de los Deportes, el Hospital Gregorio Marañón o la calle Alcalá a su paso por la plaza de toros de Las Ventas.
Sin duda un lugar poco frecuente para montar un taller mecánico y, sin embargo, ahí es precisamente donde se encuentra Altaller, el punto de venta que hace más de 22 años arrancó Fernando Jesús Díaz. Enclavado en una esquina entre dos calles de un solo sentido, Altaller nació como lo que es hoy: un centro independiente apoyado por Yokohama. Trabajan codo con codo desde los inicios del taller y, según apuntan por ambas partes, la relación entre marca y punto de venta es excelente.
Fernando comenzó su andadura únicamente con el local que hace chaflán pero, los buenos tiempos pasados en la década de los 90, le animaron a ampliar las instalaciones con el local contiguo tan sólo un año más tarde de haber abierto. Hoy cuenta con 250 metros cuadrados en la planta que da a la calle y otros tantos en el sótano, que hace las veces de pequeño almacén de no más de 200 neumáticos –“se va comprando lo que se va vendiendo”-, y de lugar de descanso para sus trabajadores.
Contando a Fernando, la plantilla de Altaller está formada por cuatro personas, todos ellos profesionales con experiencia –algunos llevan trabajando con él 15 años– y multidisciplinares, de modo que son capaces de realizar cualquier operación mecánica. Aunque las dimensiones del taller no son excesivas, el espacio está muy bien aprovechado y el equipamiento está perfectamente distribuido. Tres elevadores de mecánica, paralelo y elevador de neumáticos rodeados de todo tipo de máquinas de diagnosis que completan el equipamiento del taller.
El reportaje completo puede leerse completa en el número 27 de Cuadernos de Neumáticos y Mecánica Rápida.