Aunque los frenos más habituales en la actualidad son los de disco, todavía muchos vehículos van equipados con frenos de tambor en el eje trasero, como los vehículos antiguos o coches más pequeños.
ATE, especialista en frenos y perteneciente a Continental Automotive Spain, aconseja a los usuarios cúales son las claves para garantizar la eficacia y estabilidad del freno en el eje trasero. Los cilindros de rueda, también son importantes, por ello desde la compañía aseguran el cumplimiento de las especificaciones originales. Un fallo en uno de los cilindros de una rueda puede provocar incidentes graves, como un fallo general del sistema de frenos o desestabilizar la frenada en el eje trasero, con la consiguiente pérdida del control del vehiculo.
El reglamento R90 de la legislación europea advierte del material de fricción correspondiente a las zapatas de freno, cumpliendo con una normativa que asegura el respeto al medioambiente. ATE propone, para cumplir esta normativa, las piezas de alta calidad, que garanticen la frenada y el buen control además de la eficacia del freno de estacionamiento. Otro de los aspectos clave que aseguran seguridad en la conducción, es la durabilidad, por eso, desde la marca proponen una serie de consejos para asegurar su mantenimiento.
Las claves para el mantenimiento del tambor y la zapata, según ATE, giran en torno a cuatro ejes fundamentales que tienen que ver, primero con la durabilidad, seguridad, calidad y confianza unidos, y asentamiento. En cuanto a la durabilidad, en el tambor es mayor que en el resto de elementos, por lo que estos elementos deben ser sustituidos al mismo tiempo y optar por un kit trasero. Por otro lado, el tambor no debe estar oxidado, por lo que vigilar regularmente este elemento es otro de los consejos que nos da el especialista en frenos. Desde ATE abogan por la confianza y la calidad, por tanto, la elección de un taller y un kit completo, seguro y de confianza es primordial. Por último, recomiendan realizar un rodaje de asentamiento, evitando frenazos bruscos durante los primeros 200-500 km, ya que la falta de adaptación no permite una frenada eficaz y compensada.
