En septiembre de 2015, Michelin nombraba a Bruno Blanc como nuevo director comercial Turismo y Camioneta para la península ibérica. Tras pasar por los mercados de Asia y América Latina, Blanc volvía a Europa para encargarse de la estrategia de marketing y ventas de nuestro país. Año y medio después nos cuenta cómo se encuentra el mercado ibérico, cuáles son sus principales problemas y qué soluciones deben aplicarse para paliarlos.
- Después de años con el mercado a la baja, ¿cómo finalizó 2016 en el mercado ibérico?
Visto con perspectiva, podemos decir que el año pasado ha sido un poco atípico. Tuvimos una primera parte con un volumen de ventas bastante dinámico y un crecimiento por encima del 3 por ciento. Sin embargo, tras el verano hubo una ralentización de la actividad, no sólo del neumático, sino de todo el sector del mantenimiento del automóvil. Al final, 2016 terminó con un crecimiento de entre el 1 y el 1,5 por ciento.
- ¿A qué pudo deberse esta frenada durante la segunda mitad del año?
Es difícil entender por qué se dio este pequeño cambio, porque la economía española está remontando y los factores macroeconómicos nos dicen que debería crecer más de lo que lo está haciendo. Se puede interpretar como un efecto atrasado de la falta de confianza de los consumidores durante la primera parte del año.
- Entonces ha sido un problema interno del sector…
En cierto modo sí, porque la ralentización de la segunda parte del año creó tensión, nerviosismo y se continuó con la guerra de precios que no aporta tranquilidad a los actores del mercado: los fabricantes y los distribuidores. Al final lo más preocupante de este mercado es que está destruyendo valor. No es una buena noticia.
La entrevista completa puede leerse completa en el número 25 de Cuadernos de Neumáticos y Mecánica Rápida.
