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Mea Culpa

Por Aitor Peña

La historia de este post no deja de ser curiosa, si no fuese porque en la mancheta de la revista que leéis figuro como director de Cuadernos de Neumáticos y Mecánica Rápida. La cosa es que tras la última visita al taller por un parte al seguro de chapa, me comenta el operario que en un hueco me hace el favor de llevarlo a pasar la ITV, que ya le tocaba al monovolumen familiar.

De regreso al centro, el pinturero me llama con cierto pudor – sabe que me dedico a los menesteres de la goma- para decirme que me han tirado la revisión. Estaba avisado, que el 22% de los cates vienen por el neumático, pero no alcanzaba a creer que mi propia inspección ocular se había saltado el desgaste irregular en la banda de rodadura, que la revisión preventiva y legal sí detectó. Gracias Sr. Estado que asegura la inspección desfavorable para mi seguridad, aunque con tanta liberalización y autorizaciones administrativas, no sé yo.

Circunspecto escucho al mecánico que para no desbaratarme el presupuesto ofrece unas gomas chinas de última ganga. Ya sabemos que hoy casi todo el mundo vende neumáticos, hasta los carroceros.  Gracias, pero ya sabes que mi trabajo está relacionado con el mundo de las ruedas – le recordé con timidez-, buscaré algo mejor.

Tirando de cierto colega conseguí unos bien reforzados para el eje delantero. Que otro buen amigo cuyo centro más cercano no me venía mal, montó y equilibró. Pero esta vez, el aviso llegó tras el paso por el alineador. ¡Oh! Imposible hacer el paralelo porque el rodamiento delantero izquierdo tenía algo de juego y parecía descolgado. Me advirtió que podía ser peligroso, y ya puestos, a cambiar los dos juegos.

Además, ahora que lo pienso también podía existir una pequeña vibración al frenar. Pero ¡si he cambiado frenos y pastillas no hace mucho! Esta vez los crujidos provienen de los bujes, que también son para reemplazar. Desde luego no hay como tener amigos en el sector. De los que también detectan de lejos que la hendidura se aproxima al mínimo del 1,6 mm en el par trasero. Y ya puestos, otra primerísima marca para reforzar la seguridad total.

Con tanto asesoramiento recibido por la trinidad fabricante-distribuidor -taller voy a acabar por sacar matrícula en el examen de la ITV. ¡Ah! que solo hay inspección favorable y por la mínima. Eso sí, hasta dentro de 6 meses que estos vehículos familiares hay que revisarlos más a menudo.

El incidente por fin acaba siendo apto. Ante los expertos de la reparación solo me queda expiar las culpas, callar para no amplificar entre compañeros. Y en este blog entonar el Mea Culpa.

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