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Aquí, a pecho descubierto: de dónde soy y cuánto contamino

Por Aitor Peña

Durante mi infancia las matrículas de los coches la componían un cúmulo de números y letras dispuestos de la siguiente manera: XX-0000-AA. Siendo “XX” el código regional que lo identificada territorialmente, “0000” una secuencia numérica, y “AA” dos letras aleatorias ordenadas secuencialmente. Pero antes del comienzo de siglo acabaron por agotarse las posibles combinaciones para las ciudades con más matriculaciones, como Madrid o Barcelona.

Así que en el 2000 entró en vigor un nuevo sistema introduciendo matrículas de cuatro dígitos y tres letras consonantes, que se asignaban a nivel nacional y que todavía usamos.

Matrículas que hacían referencia a las provincias

Este sistema desterraba cualquier referencia geográfica siendo imposible saber dónde se había matriculado el vehículo, y evitando provincianismos e incomodidades entre regiones. Además, se eliminaban dificultades para vender los coches de segunda mano a salvo de rencillas históricas entre diferentes zonas patrias.

En el año 2000 dejaran de usarse los códigos de provincia en las matrículas 

Y entonces llegamos al veraneo de 2019, en el que advierto con asombro que mi coche es el único de todo el parking playero que lleva el Distintivo Ambiental que la DGT aconseja poner en el parabrisas. Y que por cierto, el ayuntamiento de Madrid obliga desde el pasado abril bajo multa de 100€. Este Distintivo tiene 4 etiquetas (B, C, ECO o CERO) creadas para clasificar a los vehículos en función de los niveles de contaminación que emiten. Clasificación que tiene como objetivo distinguir a los coches más respetuosos con el medio ambiente y ser un instrumento eficaz al servicio de las políticas municipales, tanto restrictivas de tráfico en episodios de alta contaminación o no, como de promoción de nuevas tecnologías a través de beneficios fiscales.

Aparcamiento repleto de coches junto al mar

Pero la DGT no obliga a colocarla, ya que las competencias sobre circulación en el interior de las ciudades son asunto de las administraciones municipales. Y son los Ayuntamientos los que volverán a establecer una traza territorial en base a su impacto ecológico.

La ley establece que no es obligatorio pegar la etiqueta de la DGT en tu coche

Mi distintivo podía rememorar tiempos en los que el otro sistema de matriculación causaba problemas cuando se viajaba a provincias rivales cargados de tópicos regionales. Pues ahora mi coche no solo queda señalado geográficamente en el territorio invertebrado, sino que además refleja su huella contaminadora frente al resto de vehículos anónimos.

Espero que la DGT -esta especie de Ministerio del Tráfico dependiente de Interior que vela por la seguridad de las vías y de todos los usuarios- junto a las administraciones locales solucionen esta situación para evitar señalar a aquellos vehículos que circulamos por las grandes urbes.

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