Varios equipos de buzos tratan de desmontar estos días la gran masa contruida por miles de cubiertas al sur de Francia, que inicialmente se habían arrojado al mar para crear un ambiente de vida acuática, y que hoy están contribuyendo a la contaminación del lugar al desprender sustancias químicas tóxicas.
En la costa entre las localidades francesas de Cannes y Antibes se encuentran estos días varios equipos de buzos encargados de desmontelar un arrecife artificial construido a base de neumáticos, tras comprobar que dichas cubiertas desprenden sustancias químicas tóxicas.
Según BBC News, Michelin y el gobierno francés están financiando la destrucción de una zona que hace 38 años se acordó construir para generar un ambiente en el que dar vida acuática. Un proyecto que hoy fracasa y supondrá a fabricante y gobierno un desembolso de casi un millón de euros (1,1 millones de dólares).
En 1980 las autoridades francesas acordaron hundir a 500 metros 25.000 neumáticos en las aguas de la Riviera Francesa, con el fin de crear un arrecife para los peces. Sin embargo, los animales siempre han evitado la zona: “algunos tipos de peces nadaban alrededor de los neumáticos, pero ninguna especie realmente se llegó a acostumbrar al arrecife”, ha afirmado Denis Genovese, el líder de la asociación local de pesca.
En 2005 los investigadores descubrieron que las cubiertas desprendían sustancias químicas, incluídos metales pesados, al agua y, por tanto, tenían un efecto negativo en el medio ambiente. Diez años más tarde, se extrajeron las primeras cubiertas del arrecife artificial, y estos días se prevé que los buzos logren sacar del agua 10.000 cubiertas más. El resto serán evacuadas el próximo año.
