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Foto: Continental
Foto: Continental

Cómo y por qué realizar el mantenimiento de los neumáticos

La presión, su almacenamiento, la profundidad del dibujo, su equilibrado… son algunos de los factores que debemos tener en cuenta para garantizar nuestra seguridad y la de las personas que viajan con nosotros. Te contamos cómo hacerlo.

El mal estado de los neumáticos es la principal causa de la accidentalidad en España si atendemos al factor relacionado con el estado del vehículo, según informa la Dirección General de Tráfico (DGT).

Este problema podría solucionarse si los conductores revisaran regularmente el estado de los principales elementos de seguridad del vehículo… empezando por algo tan importante como los neumáticos, puesto que las ruedas de nuestros coches constituyen el único punto de relación de un vehículo con la carretera, y en ellos reposa buena parte de la seguridad del conductor y la de sus pasajeros.

El fabricante alemán Continental, multinacional fundada en 1871 y que opera en 61 países de todo el mundo, nos da una serie de consejos para el cuidado de los neumáticos: la presión, su almacenamiento, la profundidad del dibujo, su equilibrado… son algunos de los factores que debemos tener en cuenta para garantizar nuestra seguridad y la de las personas que viajan con nosotros.

Medir la presión

Es fundamental verificar la presión, como mínimo una vez al mes, cuando los neumáticos están fríos. Además, hay que consultar el manual del vehículo para saber cuál es la presión recomendada (tanto para los neumáticos delanteros como para los traseros). Hay que utilizar un indicador de presión confiable (ya sea en casa o en una estación de servicio, aunque es preferible hacerlo en un taller). Posteriormente, se toma la lectura de las PSI (libras por pulgada cuadrada) en cada neumático y se comparan con el manual del vehículo. Finalmente, se ajusta la presión más alta o más baja de conformidad con el rango recomendado, tomando en consideración la carga de su vehículo.

Almacenamiento

Para un correcto almacenamiento, hay que tener en cuenta estos siete consejos: limpiarlos debidamente (con detergente, agua y un cepillo específico), incluidas las llantas, y dejarlos secar antes del siguiente paso; no echarles productos de brillo antes de su almacenaje (pueden interferir en su durabilidad); guardar cada neumático en una bolsa de plástico amplia y hermética; protegerlos de la luz solar directa; no almacenarlos al aire libre (lugar fresco y seco); elejir un lugar en el que no estén expuestos a productos químicos (el mayor enemigo del neumático es el ozono); finalmente, almacenarlos en vertical (también se pueden apilar por los laterales, o colgarlos en ganchos o en estantes).

Profundidad del dibujo

Los indicadores de desgaste de rodamiento están espaciados uniformemente a través de los surcos principales en la banda de rodadura del neumático. Si están al mismo nivel que el resto de la banda de rodadura, entonces el neumático debe ser sustituido. Si no cuentas con un medidor específico, puedes medirlo con una moneda de 1€ en el surco del neumático. Si el borde dorado aparece por encima de la banda de rodadura, entonces su profundidad es de menos de 3 mm. Según la Dirección General de Tráfico, es obligatorio por ley sustituir los neumáticos cuando la profundidad de los surcos principales es inferior a 1,6 mm; y recomendable, según la propia DGT, cuando esté en torno a los 3 mm.

Volver a apretar las ruedas

Siempre que cambies los neumáticos por otros nuevos y monten las ruedas de tu coche es fundamental que se vuelvan a apretar las tuercas de las ruedas después de los primeros 50 kilómetros. Es recomendable que este proceso se haga en un taller, puesto que los mecánicos garantizan que cada tuerca se apriete según las especificaciones del fabricante.

Equilibrado

El objetivo del equilibrado de los neumáticos es distribuir el peso de forma equitativa por todo el perímetro del neumático. Como parte del mantenimiento rutinario del vehículo, los conductores deberían equilibrar los neumáticos de sus vehículos tras cada 5.000-10.000 kilómetros recorridos, o después de 1 o 2 años (lo que ocurra primero). El equilibrado lo tienen que hacer los profesionales del sector en sus respectivos talleres.

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